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Grupo de personas de los más variados orígenes y credos residentes en Madrid, con el fin de difundir los valores de la cultura aragonesa desde un criterio abierto y universal

Acto 148. Presentación del libro «Ingenieros y Fotógrafos»

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Fondo Severino Bello

La Diputación Provincial de Huesca edita este libro tras la donación del fondo de Feliciano Llanas a la Fototeca Provincial, que incluye fotografías antiguas (siglos XIX y XX) de obra pública y patrimonio.

Presentación https://www.youtube.com/watch?v=fsBXCaCdKiI

  • Estas fotos tiene mucha importancia para las futuras generaciones, pues son un extraordinario documento gráfico de unos de los mejores momentos que ha vivido la Provincia de Huesca. A mediados del siglo XIX toda la  infraestructura civil de la Provincia  era prácticamente   la que nos habían dejado los romanos. Baste decir que hasta esas fechas sólo existían en toda la provincia tres puentes inventariados.   A partir de la Restauración Borbónica la provincia de Huesca   disfrutó de una eclosión de la obra pública de cuyos frutos hemos gozado  durante todo el siglo XX. Se trazan líneas de tren tan importantes como la de Canfranc, se abren más de    800 km de carreteras, se tienden magníficos puentes, nacen las primeras  centrales hidroeléctricas y un complejo  de pantanos y canales de   riego de gran envergadura. A la cabeza de este movimiento nos encontramos con tres ingenieros excepcionales: Joaquín Pano, el mayor de ellos,  toda una autoridad en la construcción de puentes, Blas Sorribas especialista  en carreteras y Severino Bello en presas y canales de riego. Estos personajes en lo intelectual fueron unos grandes  ilustrados, unos humanistas de marca  mayor que se encuadraban  en la ideología Regeneracionista. Bello incluso fue colaborador de Costa,   amigo de  Cajal y de Giner de los Ríos.  En todo momento fueron  conscientes de que su trabajo  redundaría en beneficio de la Provincia y la empobrecida población que la habitaba. Los ingenieros aprovecharon   la  nueva herramienta de  la fotografía para  hacer visibles a toda la sociedad  los  trabajos que estaban  llevando a cabo,  como una clara apuesta   por el progreso y la modernidad.
  • Mi padre José Antonio Llanas Almudebar  me trasmitió su gran amor a Huesca y desde muy jovencito me he dedicado, en la medida de mis posibilidades,  a divulgar  lo mejor de nuestra historia, patrimonio  y tradición. En mi juventud hice muchos dibujos y  fotografías de  Huesca. Conocía la extraordinaria  labor que viene haciendo la Fototeca de Huesca, tanto en archivo como en  conservación y difusión,  pues colaboré con ellos en la edición del libro sobre la colección de fotografías  de mi abuelo Feliciano Llanas Aguilaniedo, y decidí donar todas mis cajas y sobres  de fotografías. Soy ferviente partidario  de conservar los  archivos de imágenes, pues   forman parte de nuestro patrimonio histórico documental. En la donación iba incluida una caja con 82 fotografías positivadas en papel, recopiladas por Severino Bello y que me dio su hijo Pepín unos meses antes de fallecer, pues según me dijo estaba seguro de que yo haría un buen uso de ellas. Las fotografías están realizadas   entre  1887 y 1904, y se pueden clasificar  en tres  temáticas: 37 fotos de obras de ingeniera, 24 del Monasterio de Sigena y el resto de monumentos de Huesca.  Todas ellas aparecen en el libro. La donación de la colección a la Fototeca   es un compromiso  moral con nuestra tierra.   
  • Todas  las fotografias de la Caja de Pepín Bello son de un alto valor en sí mismas, podríamos decir que muchas de ellas son  piezas que codiciaría  un buen anticuario, no hay que olvidar que las primeras se realizaron en 1887 y se emplearon  técnicas  totalmente desaparecidas en la actualidad.  Pero estas piezas también tienen un alto valor histórico, como es el caso de las 24 fotos dedicadas al Monasterio de Sigena. Yo aprendí cual es la misión de un buen divulgador cultural  de mi tío José Cardús Llanas, gran pirineísta,  él decía: “Mi labor consiste en levantar liebres y luego entregarlas  a los especialistas para que las cacen”. Un divulgador cultural debe presumir más de olfato que de conocimientos y evidentemente cuando vi las fotos de Sigena en seguida me di cuenta de que estaba ante algo grande. Y efectivamente así lo han corroborado los especialistas de la Fototeca Provincial de Huesca que tras un minucioso estudio han concluido que estas son las fotografía más antiguas que existen hasta la fecha del Monasterio de Sigena. Previamente  a estas imágenes solo existen dos heliografías de Joaquín Carpi.   Evidentemente en ellas aparecen imágenes y  pinturas  desparecidas, bien porque se destruyeron o porque están depositadas en otros lugares. Espero que este excepcional reportaje fotográfico pueda servir como una  reivindicación más para que se traiga y reúna todo el patrimonio artístico de Sigena en su  Monasterio, que es donde tiene que estar y nunca debió salir.